domingo, 8 de marzo de 2009

CON LOS AITAS II (RAFA)

http://cid-225e4973f128a7f7.skydrive.live.com/browse.aspx/INDIA%202009/VARANASI?uc=1
A través de la INDIA II:

Estamos en nuestra 2ª etapa de nuestro impactante viaje. Acabamos con el tour por el Rajasthán en la capital JAIPUR. Nos resultó bastante agobiante con sus aires de gran ciudad, su tráfico caótico y su movimiento continuo de gentes. Pero nos lo compensó su JAIGARTH FORT y su palacio del lago, divino al atardecer. El
exterior del fuerte es de lo más bonito que hemos visto, con rampas incluidas para llegar desde abajo a la entrada a lomos de elefante.

Con la llegada a AGRA surgieron novedades importantes. Por un lado dejábamos nuestro coche con guía-conductor, de nombre Shankar, y nos obligábamos a manejarnos por nuestra cuenta y a ir diseñando nuestro viaje. Aunque en ocasiones Shankar nos llevaba por los sitios que a él le interesaban (restaurantes, hoteles, tiendas…) íbamos guiados, sin tener que negociar demasiado. Por otro lado optamos por el tren como medio de transporte, para seguir cumpliendo nuestro itinerario y eso sí que fue experiencia.


Aún y todo la visita al TAJ MAHAL fue la estrella del día. Al amanecer ya estábamos haciendo cola para entrar pasando por unos controles exhaustivos divididos en filas de hombres y mujeres. Cantidad de personas tenían que volver atrás a dejar cámaras de video, aparatos de mp3, galletas, etc. Las mochilas eran examinadas a conciencia. Una vez dentro disfrutamos de 4 horas paradisíacas deambulando por jardines, estanques, entorno del palacio e interior del mausoleo, con celosías de alabastro para cortar la respiración. Como es lógico realizamos un sinfín de fotos desde todos los rincones, para recordar. Realmente impresiona y con razón es un edificio único y singular. Al atardecer cruzamos en barca el río Yamuna para desde el sur fotografiar el Taj Mahal con la puesta de sol. Nos vinieron niños que estuvieron con Leire haciendo de fotógrafos artistas y sacando estampas inéditas del palacio. Por la mañana también visitamos el fuerte de Agra de piedra rojiza que mereció la pena. Al día siguiente a la odisea del tren que salía a las 21:15 de la noche.

Como buenos turistas previsores entramos en la estación de Agra con gente
por todos los rincones y encima en obras en un andén con todo vallado. Llegamos hacia las 20:15 y tuvimos la suerte de encontrarnos con un crío de unos 11 años, sordomudo, que como luego comprobamos era el “jefe” de la estación. Nos metió en una sala de espera que él abrió y encendió y que estaba vacía. Allí nos acomodamos a jugar a las cartas mientras esperábamos. Apareció con el chaval otro joven que resultó ser guía de un grupo de turistas ingleses, y que gracias a él nos dijo de ir a chequear el billete en taquilla. Ahí empezó nuestra sorpresa cuando nos dijeron que estábamos en reserva y que el tren estaba lleno. Solo uno de nosotros tenía adjudicada una litera, a pesar de haber pagado los 3 billetes. ¡Agobios! Aunque Leire decía que lo lograría con el revisor teníamos nuestras reservas de que ello fuese así. Nos dirigimos al andén entre una marea de personas y aquello era un mundo esperando. Por otra parte los trenes son kilométricos y hay que buscar por dónde va a parar el vagón que te corresponde. Menos mal que el guía también nos echó una mano. Al fin llegamos a la litera “buena” en la que nos sentamos los tres a la espera de solución. A las 3:00 de la madrugada nos consiguieron otras dos literas que se libraron en el mismo vagón y así pudimos dormir a pierna suelta. Por último con el ritmo de India el tren llegó con 4 horas de retraso a Varanasi, cosa que no suele ser muy rara.

Oh Varanasi oh Benarés, la ciudad sagrada. De nuevo un hervidero en los andenes, pero como vulgarmente se dice se nos apareció la virgen. Previendo la locura de la que nos habían hablado en Varanasi, Leire se preocupó de reservar el hotel y que nos mandaran a recoger en taxi, lo cual fue un gran acierto. Pero lo que no nos esperábamos era bajar por la puerta del vagón y ver un indio más oscuro que el tizón con un cartelito en el que ponía CANO. Casi lo abrazamos. El pobre llevaba más de 3 horas esperando. Con él llegamos al hotel “jugándonos la vida”, atravesando la legión de coches, motos, bicis, rickshaws y ciclorickshaws que pugnan entre pitidos ensordecedores por seguir adelante como sea. El tráfico como siempre de locura y sólo para indios. Aunque es de asombrar que tu agobio es solo tuyo, porque ellos ni se inmutan.

Bueno aqui la estrella era el rio sagrado, el GANGES, y todos los Ghats (o lugares de oracion) existentes en sus orillas con sus piras funerarias incluidas. Al atardecer presenciamos en el Ghat principal una ceremonia y al dia siguiente al amanecer volvimos a recorrerlo con mucha gente haciendo abluciones y banyandose para purificarse. Es cuando vimos los crematorios con piras funerarias en las que se divisaba al cadaver y a los familiares masculinos (porque las mujeres deben permanecer en casa).
A eso de las 12:00 teniamos el tren para Haridwar. Y alli nos fuimos con
billetes esta vez de clase inferior donde en vez de haber dos literas a cada lado, habia tres. Menos mal que el vagon iba medio vacio y no tuvimos problemas. Hacia las 21:00 en cambio, se llenó. Pero para cuando subieron todos ya nos habíamos instalado a pasar la noche: Mari Carmen y yo en las literas de arriba. Para variar llegamos con 3 horas de retraso a Haridwar. Allí para que no nos pasara lo mismo con los billetes a Delhi fuimos a la taquilla y mira por donde 5 días antes ya no hay plazas. No nos lo podíamos creer. Menos mal que lo hemos conseguido arreglar con una agencia de viajes haciendo como se dice “encaje de bolillos”.

La ultima odisea fue contratar un taxi (un “Embasadore”) para que nos llevase a Risiketchs, situado a 30-40 kilómetros. De camino, encontramos un atasco de camiones impresionante. Menos mal que el taxista se sabía otro camino vecinal y llegamos sanos y salvos al “balneario indio” a orillas del Ganges y en los comienzos de las estribaciones de la Cordillera del Himalaya. Esto sí que es otro mundo. Constituirá la 3ª parte del viaje. Supervivimos y empezamos a disfrutar y a relajarnos. SALUDOS

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