domingo, 8 de marzo de 2009

CON LOS AITAS I (RAFA)

Aquí va un post escrito por el aita:

A través del RAJASTÁN

Desde que iniciamos el tour por el Rajasthán estamos asombrados. Ha sido como un torrente de imágenes y flashes difíciles de asimilar. Es tal el contraste con el mundo del que venimos que tienes que resituarte en el tiempo para acercarte e interesarte por el modo de vida tan primario en el que se desenvuelven.


El choque es grande. Salir de tus comodidades personales y de un entorno de “abundancia” para hacer una inmersión en un modo de vida de supervivencia y miseria, que mayormente está en la calle y los mercados, donde establecen sus canjes y sus relaciones personales y colectivas es impactante.



Estamos atravesando fuera de las grandes urbes ( Delhi, Jaipur...) un mundo rural donde la coexistencia de humanos y animales (camellos, búfalos, vacas, cabras, perros…) es permanente y los medios de vida rudimentarios. Aunque la presencia de buses, tractores, motos y carros tirados por camellos son continuos. Las reminiscencias de una España en época de postguerra, contadas pero no vividas por nosotros plenamente, aparecen en nuestra retina.

Dentro de todo esto nos impacta la falta de higiene, los residuos orgánicos en el suelo, las basuras sin recoger, los animales campando a sus anchas sin ser apenas molestados. Los humanos conviven en una coexistencia admirable, exenta a primera vista de urgencias y agresividades. Más o menos como Donosti ¿no? Aquí ni containers de basura, ni de reciclaje, ni papeleras. Todo por el suelo en su estado más primitivo.


Hemos hecho muchos kilómetros desde nuestra partida de Delhi y el contraste de zonas es variado, empezando por unas carreteras marcadas por abundantes reductores de asfalto que hacen crujir los amortiguadores del coche, aparte de zonas superbacheadas que hay que pasar a 30 km/h. No digamos nada de los adelantamientos en la conducción, en la que todo el mundo quiere pasar primero haciendo uso permanente de las bocinas, en la que te cruzas continuamente con una colección diferente de “buses” de viajeros, de camiones marca nacional TATA, motos y jeeps de turistas como nosotros..

Aún y todo acercarte a este mundo es una experiencia que merece la pena vivir. Exigente, pero intensa y especial.

La provincia del Rajastán tiene una extensión superior a toda España y ha sido provincia de Maharajás, aunque hoy hayan reconvertido sus “superpalacios” en hoteles de superlujo y se hayan convertido en hombres de negocios. En todas las ciudades en lo alto de colinas aparecen, dominando el panorama fuertes extensos, amurallados, donde hacia el siglo XVI vivían los maharajás con sus séquitos. Entre estos nos han impresionado el fuerte de Mehrangar situado en la ciudad de Jodhpur, así como el de la ciudad de Jaisalmer.

Al comienzo del viaje, en las poblaciones de Jhunjunu y Fatephur, visitamos “havelis” (casas-palacio en las que vivía toda la familia del dueño). Aunque hoy en día se encuentran muy deteriorados, en la época en la que esta zona fue la ruta de los camellos y del comercio con Asia, tuvieron un gran esplendor. Jhunjunu fue el centro neurálgico de la región y en la zona existen unos 200 havelis abandonados y ruinosos, por no poder reconstruirlos ya que los dueños se han trasladado a la capital.

Tenemos que agradecer un clima benigno por ser la época más adecuada para el turista (ni frío, ni altas temperaturas, ni monzones). Temperatura agradable con máximas de 30-35º y brisa continua. En niki todo el camino, incluidas las noches. No quiero pasar por alto la religiosidad exhibida a traves de sus deidades y sus templos de rezos y rituales. A destacar entre estos el templo de Sani Rati.

Aqui unos amigos que nos echamos en la entrada de este templo. Menuda pieza que era la nina de verde!

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