lunes, 23 de febrero de 2009

RUMBO AL NORTE. 20 DE FEBRERO.

Tras levantarme temprano y dar una vueltilla en bici por las zonas menos turísticas y mas autenticas de Fort Cochin, duchita, internet y en marcha hacia el aeropuerto. Pasando de pagar 600 rupiazas por el rickshaw al aeropuerto me fui directa al local bus en el que no se si me timaron, lo cogí mal o realmente era así pero me tire casi 2 horas!!! Al final ya a media hora del aeropuerto me pille un taxi por 150 rupias y por fin llegue, volé, y aterricé en Delhi.

Me lo esperaba tan horroroso que me sorprendió gratamente. El aeropuerto y su organización y los coches tan modernos que veía. Tras hacer una cola importante (como es habitual) para pagar el taxi de prepago y volver a esperar hasta que te adjudicaban uno, llegue a la terminal internacional que también me sorprendió por el lujo de la sala de espera. También he de decir que había que pagar 80 rupias para entrar (muy fuerte!).

Y tras esperar hablando con un señor muy jatorra nacido en Jaipur que vivia en Alemania y se ganaba la vida como profesor de universidad allí (q por cierto me contó toda su vida) llegaron los aitas. Tras abrazos y sonrisas, casi a medianoche nos dirigimos hacia el hotel con un chofer muy majo que nos vino a buscar con un cartelito que ponía Leiro Cano.


Y así en la primera noche de los aitas, tras hablar de mil historias conciliamos el sueño a eso de las dos y pico de la noche en una habitación sencillita pero limpia muy típica de la India, aunque un poco así para los aitas que como han venido “en plan motxileros” se adaptaron perfectamente. Jajaja, que xalaus están con las motxilas puestas!


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